Susurros y Delirios de A.G. Howard


 Tras un silencio demasiado largo, Ecos de Calíope retoma las actividad del blog y lo hace con la crítica de una saga de género juvenil-fantástico que se ambienta en el  archiconocido mundo creado por Lewis Carroll: ¡el País de las Maravillas! Estamos hablando de la saga Susurros (Splintered), escrita por A.G. Howard y publicada en España por Oz Editorial. 


  La colección consta, por el momento, de cuatro partes: tres novelas (Susurros, Delirios y Atrapados) y una historia corta (Una polilla en el espejo). Al español sólo han sido traducidos por ahora el primer y el segundo libro: Susurros y Delirios.


 
    Como rasgo general y de forma introductoria, ha de destacarse de esta historia que, a pesar de la explosión de novelas juveniles fantásticas que ha experimentado últimamente el mercado editorial, esta es muy distinta a todo lo demás. La autora combina la frescura, el humor , la acción y el triángulo sentimental, típico de las novelas de cariz adolescente, con una trama, unos personajes y una ambientación de lo más siniestra y "burtoniana". Por su parte, la protagonista, una joven llamada Alyssa, es un soplo de aire fresco respecto a lo que los fenómenos editoriales nos tiene acostumbrados. Si ya te ha picado la curiosidad, entonces, sí, continúa leyendo. 


La autora:


   A. G. Howard siempre se preguntó cómo habría sido la historia de Alicia si el sutil toque macabro de El País de las Maravillas hubiera cobrado más protagonismo en la historia de Carroll. En sus propios libros halló la respuesta que buscaba. La autora trabajaba en una biblioteca cuando escribió el primer libro y se dedicaba también a su familia y a sus hobbys: la literatura, la jardinería, el patinaje y las visitas a cementerios góticos. Si queréis conocerla un poco más, os recomiendo una visita a su "terrorífica" web.








Los libros:







  Alyssa Gardner oye susurrar a los insectos y a las flores (enfermedad que llevó a su madre al manicomio). Esta maldición familiar se remonta hasta su antepasada Alice Liddell, la mujer que inspiró a Lewis Carroll para escribir "Alicia en el País de las Maravillas".




 Reseña:


  Alyssa sospecha que en algún momento acabará interna en un psiquiátrico, al igual que su madre y que una infinidad de antepasadas. Ese es el precio a pagar si desciendes de Alicia, la niña con un importante desorden mental que inspiró a Carroll para escribir su famosa historia. Ella lo sabe y lo tiene casi asumido.


 Pero eso no quiere decir que no le duela reconocerlo ni imaginar cómo eso destrozará a su pobre padre que aún añora a su esposa. ¿Por qué está tan segura de que sucumbirá a la locura? Porque escucha hablar a las flores y a los insectos y lleva mucho tiempo disimulando, centrándose en sus creaciones artísticas, en el patinaje y en sus amigos. En definitiva, luchando por disfrutar de la vida, pero posee la certeza de que un día esos susurros se harán insoportables y que no le dejarán oír nada más, como le ocurrió a Alison, su madre.


  Pero ¿y si hubiera esperanza? ¿Y si pudiera demostrar que todo aquello es real? Hacerlo se torna una carrera a contrarreloj cuando los médicos amenazan con someter a su madre a un tratamiento experimental cuyos efectos son desconocidos y posiblemente nocivos.


 Alyssa deberá buscar la madriguera del conejo para llegar al País de las Maravillas y lograr desde allí su cometido, y no lo hará sola. Por un lado, Jeb, su mejor amigo en el mundo de los humanos. Por otro, Morfeo, su enigmático y misterioso compañero en el mundo de las profundidades, un lugar mucho más aterrador y oscuro que el plasmado en el libro de Lewis Carroll.

 Crítica:


  Lo primero que debe apuntarse sobre este libro es la originalidad de su planteamiento. Una historia de fantasía basada en otra que, siendo muy conocida - y aunque muy explotada cinematográficamente -, no había inspirado todavía muchas obras de narrativa juvenil (y no digo ninguna porque no estoy del todo segura). 



   Me ha agradado, además, que el carácter fantástico de la novela va in crescendo a lo largo de esta para alcanzar puntos álgidos de fantasía hacia la mitad y el final del libro. El lector que tan solo disfrute la lectura de los primeros capítulos dirá que es una obra adolescente con algún elemento fantástico. Y, por el contrario, el lector que llegue hasta el final de la historia estará convencido de que la obra debe catalogarse sin ninguna duda en la sección de "fantasía". 







  La ambientación - tanto la del mundo real como la del País de las Maravillas- está bien definida y repleta de detalles sin caer por ello en largas y tediosas descripciones. Ha de agregarse en este punto la pronunciada esencia visual de la novela.


  Las explicaciones sobre las criaturas extrañas de las Profundidades (Chessie, la Oruga -Morfeo-, Cornelio Blanco...), la prendas extravagantes de Alyssa, Jennara o Morfeo, los mosaicos de Aly, las pomposas vestimentas de Marfil, la Reina Roja o Granate, las pesadillas etc... invitan al lector a llevar muy lejos su imaginación.


   Howard, con una prosa juvenil, cercana y desenfadada, y usando en todo momento la primera persona y una narración ágil y en tiempo presente, introduce la historia de Alyssa, una protagonista excepcional. Con una estética gótica y con un carácter fuerte, Alyssa muestra una sensibilidad inusitada anteponiendo en todo momento el bienestar de sus padres al suyo propio. Con una particular y alternativa visión del mundo, vuelca sus experiencias en su arte (mosaicos) y en el deporte (el patinaje). Huye de eventos sociales complejos (las grandes pandillas de amigos o las jerarquías de popularidad de su instituto) y pasa su tiempo con unas pocas personas: su padre, su amiga Jennara , su vecino Jeb y, en el psiquiátrico, con su madre Alyson. La construcción del personaje es bastante compleja y, en ocasiones, incluso contradictoria, todo hay que decirlo.


   En cuanto al resto de personajes, es fundamental el desarrollo del personaje de Morfeo. Morfeo es, para mí, el atractivo fundamental de la novela. Es un criatura de las profundidades que en el pasado estableció una conexión clave con la protagonista, Alyssa, quien por su parte apenas recuerda nada de tal relación. Morfeo es la causa o el efecto de prácticamente todos los giros que la trama da y, por ello, la importancia de su papel está a la  misma altura que el de la protagonista. Enigmático, sombrío, ambiguo, sarcástico, impredecible, cautivador... son algunos de los adjetivos que lo definen y, no obstante, también lo son dulce, agudo, divertido, comprometido... Un personaje que a ningún lector dejará indiferente. Son los diálogos (irónicos y mordaces) entre estos dos personajes - Alyssa y Morfeo- los que aportan una importante dosis de humor a la novela.

  

A pesar del buen sabor de boca que me dejó la lectura, sí que encontré algunas pegas, aunque no las suficientes como para no afirmar que recomiendo el libro a los aficionados a la literatura  de corte juvenil-fantástico. 


 En primer lugar, resulta desconcertante que, al lado de personajes tan notables como los de Alyssa o Morfeo, la autora coloque el de Jeb, que es tremendamente plano y adolece de un papel  insípido y repetitivo.


 

     Por otra parte, El País de las Maravillas de Howard contrasta fuertemente con el de Carroll (pilar fundamental del argumento) y, si bien la autora consigue que a veces resulte dantesco y escalofriante, otras hace que parezca simple e infantil, lo cual descoloca "emocionalmente" al lector ya que no quedan claras las sensaciones que ante estímulos tan diversos experimentan los personajes.


  La trascendencia que a lo largo de la obra va ganando el triángulo amoroso (Alyssa-Jeb-Morfeo) tira por tierra una línea argumental sólida (salvar al País de las Maravillas, a ella misma y a su madre) y con mucho potencial para caer en lo típico. No digo que sobre la historia de amor, pero su repercusión en la historia podría haber sido menor (y no por ello menos interesante).



 Y, por último, la profundidad de la fantasía en la obra es tal que, en algunos momentos, el lector debe hacer verdaderos esfuerzos por visualizar, imaginar o entender lo que la autora describe o expresa. Este puntual defecto se suma a  esporádicas sucesiones confusas de los acontecimientos y a un ritmo en ocasiones demasiado acelerado que provocan que el lector deba releer en alguna ocasión ciertos pasajes.





  

El País de las Maravillas era sólo el principio. Alyssa Gardner descendió por la madriguera del conejo y se enfrentó al zamarrajo. Salvó la vida de Jeb, el chico al que ama, y escapó de las maquinaciones del inquietante y atractivo Morfeo y de la furia de la vengativa Reina Roja.Ahora sólo tiene que graduarse para poder asistir a la prestigiosa escuela de arte de Londres con la que siempre ha soñado. Pero Morfeo irrumpe de nuevo en su vida y confirma sus pesadillas más terribles: el País de las Maravillas está en peligro, Roja ha vuelto y sólo Alyssa, la legítima reina, puede hacerle frente.Alyssa se resiste, temiendo que se trate de un nuevo engaño de Morfeo, pero cuando las criaturas de las profundidades aparecen en su mundo y amenazan a sus seres queridos, no le queda otra opción que enfrentarse a su destino.



Reseña:

Alyssa consiguió regresar a su mundo, salvar a sus seres queridos y encauzar su vida. Cada vez está más cerca de graduarse y cumplir sus sueños: obtener una beca y estudiar Bellas Artes en una escuela de Londres con Jeb. Parece que El País de las Maravillas ya sólo es un recuerdo que se va alejando poco a poco hasta que el Reino de las Profundidades le exige que ocupe su lugar allí o que se asista a la destrucción del mismo, y de Morfeo incluido.

 ¿Volverá a arriesgarse? ¿Sacrificará todo aquello que siempre anheló por un lugar que no siente como su hogar? ¿Conoce Alyssa toda la verdad o es víctima de nuevo de los engaños de Morfeo? ¿Es Morfeo quien Alyssa cree que es?


Crítica:


  La segunda entrega de esta saga sigue en casi todos los aspectos la línea comenzada con la primera novela, Susurros. No obstante,  ha de ser recalcado que esta parte de la trama se desarrolla íntegramente en el mundo de los humanos, lo que resta espectacularidad al relato. Si en el primer libro son el planteamiento y una ambientación macabra y fantástica los elementos que atrapan al lector, en esta segunda parte esos factores están fuera de juego.

  El estilo, la prosa, la construcción de personajes o el carácter eminentemente visual de la novela no se ven alterados con respecto al primer libro. Y, sin embargo, sí sufren importantes modificaciones las líneas argumentales que en este tomo de transición hacia el desenlace se tornan confusas e incluso superfluas y excesivas. Por su parte, el ritmo se vuelve más lento, pero los giros se suceden unos tras otras sin dar tiempo al lector a que comprenda el avance de los hechos. Se avanza rápido en cuanto a acontecimientos, pero muy despacio en cuanto a la evolución general de la trama.

 A mí, personalmente, ante tanta acción y suceso inesperado sí que me habría gustado encontrarme con más pasajes reflexivos y con una prosa más cuidada (combinada con el estilo fresco que predomina a lo largo de toda la saga, claro).



    Como se puede deducir de la portada, de nuevo Morfeo  lleva gran peso argumental a su espalda y también es él otra vez quien se alza como el personaje más interesante de la obra. La familia de Alyssa cobra un protagonismo más directo en detrimento de las criaturas de las profundidades que solo aparecen de forma significativa hacia el final del libro. Quizás la introducción de algún personaje nuevo habría sido favorable, pues el elenco de personajes es bastante reducido (para tratarse de tres libros, claro).    

                      

 El triángulo amoroso sigue los derroteros que tomó en el primer libro y, excepto una mayor tensión, tampoco hay nada especialmente digno de mención. Es más que evidente que será en el tercer libro en el que la balanza se moverá para dar un final a esta situación. Los diálogos entre Morfeo y Alyssa e incluso entre Morfeo y Jeb continúan siendo el resorte del humor en el libro.



  En conclusión, como sucede frecuentemente con las trilogías, la segunda parte es tan solo un puente entre la primera y la tercera en el que acontecen sucesos de una importancia poco relevante y durante el cual el lector debe conocer y explorar en profundidad a unos personajes que en el siguiente libro protagonizarán grandes sorpresas. El libro, como se puede deducir de la crítica, no me entusiasmó tanto como el primero pero aún así me gustó. Y, en particular,  creo que merece ser leído por el final tan impactante e inesperado que ofrece.





 El tercer libro, Ensnared (Atrapados) se publica en inglés en Enero de 2015 y llegará a España posteriormente y de forma probable de la mano de Oz Editorial. Por otra parte, A. G. Howard publicó una historia corta que cronológicamente se situaría tras Susurros. Esta se llama The moth in the mirror (La polilla en el espejo) y, por ahora, no ha sido traducida de manera oficial al castellano, ni tampoco publicada. 



   Para acabar, cabe señalar que me encantan tanto las portadas de los libros como la maquetación interior de los mismos. Es un auténtico placer leerlos y considero un acierto por parte de Oz editorial haber conservado los diseños originales. 


*Portadas e imágenes obtenidas del Pinterest de la autora.



3 comentarios :

  1. Las portadas me parecen preciosas pero he oído demasiados comentarios negativos del primer libro y no me animo leerlo. Un beso

    Felices lecturas!!

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    1. Yo me los he leído y te los recomiendo. A mí me gusta mucho leer , sobre todo este tipo de libros y te puedo asegurar que te van a gustar. Yo estoy muy enganchada y no puedo esperar al tercero!

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  2. Yo te los recomiendo Letty si te gusta el género juvenil-fantástico! Prueba con el primero!

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