La hija del dibujante, Katherine Govier







  Quienes me seguís os habréis dado cuenta de lo extensos que suelen ser los comentarios sobre mis lecturas (¡no puedo evitarlo!), pues me encanta ahondar en el argumento, el estilo, el trasfondo, la caracterización de los personajes, etc. Sin embargo, esta crítica será distinta. ¿Por qué? Porque esta novela es diferente. De hecho, si me pidieran que la describiese con una sola palabra creo que usaría esa misma: "diferente". 


  Es diferente, en primer lugar, porque es una autora occidental (canadiense) quien relata desde el punto de vista oriental el choque social y cultural que de manera personal experimenta la protagonista cuando sale de Edo, Tokyo, y difunde la obra de su padre, Hokusai. Lo más frecuente es que la narración de este tipo de contrastes sea realizada por occidentales desde el punto de vista de los mismos. Sin embargo, y a pesar de la dificultad, K. Govier lleva a cabo la empresa de manera encomiable.


  Respecto a la autora, esta en España no es aún muy conocida pues La hija del dibujante se alza como su primera obra traducida al castellano.








  En segundo lugar, es diferente porque no dispone de una trama central que conduzca al lector a lo largo del hilo narrativo. La novela se divide en seis partes - seis etapas de la vida de Ei- a través de las cuales se navega por todos sus aspectos destacables: desde su infancia hasta sus relaciones familiares, su situación económico-social, sus anhelos, sus objetivos, sus amistades, sus parejas, su juventud, su carrera artística, etc. Tal compendio de escenas - a veces muy separadas en el tiempo unas de otras - configuran más un reportaje que una novela tal y como hoy en día tendemos a comprender el concepto.


  Este característico tratamiento de la historia provoca que el lector no "se enganche". Si  lo que esperas es  acción, suspense o intriga, deja de leer esta reseña. Esta, definitivamente, no es tu novela.



 
Barrio Yoshiwara, Tokio, siglo XIX.

  La carencia de un argumento adictivo se compensa con la rica recreación que la autora construye del Japón feudal del siglo XIX. La vida de Ei da comienzo en Edo (Tokio), exactamente en el marginal y alternativo barrio de Yoshiwara, donde el  dictatorial shogunato del clan Tokugawa (siglo XVII- siglo XIX) ha getificado a artistas, prostitutas y demás gentes del "mal vivir". Govier utiliza un  léxico japonés variado para describir la ambientación. Para quienes no conocemos en profundidad  la cultura japonesa se torna complicado seguir la lectura y, por ello, hay un glosario al final del libro que ayuda a solventar dudas. La autora describe detalladamente desde la distribución de las estancia, los alimentos y los paisajes hasta los matices políticos y culturales que dan forma a la historia. A mí en particular la parte política ha sido de todo esto la que más me ha interesado: las prohibiciones, la moral, las leyes y sus trampas, etc. 



  En línea con todo esto, cabe añadir que se aprecian pasajes de gran belleza que muestran cómo las gentes de a pié vivían bajo tales restricciones o cómo se sobreponían a los vaivenes de la vida.  Para muestra un botón:





   El contenido de la novela se conforma en líneas generales como una reivindicación de la situación social de la mujer en Japón a finales del siglo XIX a través del complejo personaje de Ei. Además, se nos muestra la consideración que en dicho lugar tenían los artistas y otros colectivos sociales.  Es en la configuración de los personajes y en el hilado de las relaciones entre ellos donde Govier se lleva la palma pues lo hace de maravilla. Ei es la tercera hija del segundo matrimonio del pintor Hokusai, un hombre muy particular que vive por y para la pintura descuidando tanto a su familia como a su salud o a su bolsillo. 


 
Autorretrato de Hokusai

  A  pesar de ser una de tantos hijos, la relación entre Ei y Hokusai es especial desde el principio. La complicidad entre ellos traspasa las páginas del libro e impregna toda la historia siendo el hilo conductor de la misma. Ei admira a su padre hasta un punto casi enfermizo y lo acompañará allá donde vaya aunque para ello tenga que renunciar a su propia vida. Una vez que este fallezca, ella será quien se encargue de buscar un reconocimiento a su pintura que no obtuvo en vida y, también, seguirá firmando con el nombre de él sus propias obras. Ei quiere pintar y lo conseguirá, aun siendo mujer, aunando así en una misma persona dos dificultades: "mujer, y además, artista". Es esta protagonista, por tanto, una de esas que tanto gustan: profundas, complejas, fuertes, rebeldes...






   No está de más señalar que en la obra aparecen muchos otros personajes que van y vienen a lo largo de la vida de Ei, pero, naturalmente, son padre e hija, los dos artistas, los principales.



 
Cerezos en el río. Pintura de Hokusai.

   La pintura japonesa para mí, sinceramente, ha sido todo un descubrimiento. No me jacto de saber ni mucho ni poco de arte, sé lo que debería saber una Licenciada en Historia a quien la pintura le agrada bastante. Pero nunca había estudiado la pintura japonesa así como tampoco había leído sobre ella ni la había visto en exposiciones o museos. Creo que es un punto a favor de   Govier que esta sepa crear el gusanillo de  curiosidad justo sobre el arte japonés como para ir a Google y hojearlo y conocerlo y, si cabe, apreciarlo. 



 





   La pluma de la autora es sofisticada y elegante, y lo que aporta cercanía al relato no es el  lenguaje o la expresión sino la primera persona en la que está narrada casi la totalidad de la novela. Como contrapeso negativo, ha de ser admitido que el ritmo es muy pausado y en ocasiones invita a abandonar el libro. El estilo puede llegar a resultar confuso y farragoso pues cuesta ubicar en la historia la importancia de reflexiones, detalles, pensamientos o hechos que aparecen "sin más". Claro, solo hay que pensar que es toda una vida la que se está relatando para que tal defecto nos resulte "lógico". Pero si a eso sumamos la gran extensión de la obra, la lectura en cierta partes se hace cuesta arriba.


 Por último, añadir que sobresale la magnífica maquetación de la obra. Desde las fuentes elegidas hasta el diseño interior y exterior del libro destacan por su buena factura. ¡Así da gusto abrir un libro!  


  En definitiva, no es La hija del dibujante un libro que se devore, sino que más bien se saborea. Yo lo recomiendo para los aficionados a la historia de Japón, a la historia de la pintura o incluso para una lectura temática "de género". También para quienes disfruten con historias largas y reposadas o para aquellos que amen aprender mientras leen. Sin embargo, quienes queráis llenar un rato con una historia trepidante o toparos con una historia llena de emociones no os decantéis por este libro, no es lo que buscáis.
 


  En conclusión, Algaida ha hecho una buena elección al incorporar esta novela de corte biográfico y oriental a su colección de género histórico.


Si os ha interesado la novela o si  aún dudáis de si darle una oportunidad o no , podéis pinchar aquí para leer online los primeros capítulos. ¿La conocíais? ¿Os llama la atención? ¿La habéis leído? ¡Contadme!


Se agradece el ejemplar a la editorial Algaida.

Huesos en el jardín, Henning Mankell





  Esta novela corta es una nueva entrega del famoso detective Wallander. Famoso, claro, para quien haya disfrutado antes de sus casos o conozca la serie o la película basadas en su personaje. No es mi caso. Encontré esta novela, que leí de una sentada, en la estantería de una sala de espera y, sin ser del todo consciente del paso de las horas, la empecé por puro aburrimiento y la acabé entusiasmada por haberme topado con un personaje - Wallander- tan magnífico. 

 Antes de nada explicar que Huesos en el jardín pertenece a la saga de novela negra Serie Wallander formada por varias partes, cuyo eje central es el detective Kurt Wallander y cuya autoría ha pertenecido siempre al sueco Henning Mankell. En España tal sucesión de libros ha sido editada y publicada por Tusquets dentro de la colección andanzas. Es preciso también señalar que no coinciden el orden de escritura y de publicación de las partes con la línea cronológica que la historia sigue: hay saltos hacia atrás y hacia delante. Aparte, Mankell también ha escrito para la misma saga una novela en la que el protagonismo pesa sobre la hija de Kurt, Linda, y en la que Wallander se configura como un mero personaje secundario (Antes de que hiele, 2002).

 De esta serie, la primera novela en ser escrita y publicada fue Asesinos sin rostro (1991), pero la que, sin embargo, abre el orden cronológico de la historia es La pirámide (1999) publicada ocho ejemplares más tarde. La novela que "cronológicamente" cierra la saga es El hombre inquieto (2009), pero ha sido esta - Huesos en el jardín- la última en ser publicada (2013), la cual se sitúa temporalmente justo antes de El Hombre inquieto.

  Una vez situados en la lógica y el orden de esta saga (¡se torna casi más complicado que seguir las entregas de La Guerra de las Galaxias!), cabe comentar que Huesos en el jardín, por lo que leído en la red, es la más corta de todas las novelas de Mankell. Esto responde a la intención del autor. Él no pretendía escribir una nueva entrega como tal de Wallander, sino obsequiar a sus seguidores con un pequeño relato a modo de despedida que, aunque publicado mucho después, escribió allá por 2004. En este caso, Kurt reflexiona profundamente sobre el paso del tiempo y piensa en su retirada profesional y en el disfrute de su jubilación. Es un libro personal, intimista y reposado en el que la investigación policial irrumpe y ocupa parte de la trama a sabiendas de que "esa vida" cada vez tiene menos cabida en un Kurt cansado y lastrado por los años.

 
Mankell. Retrato extraído de la red.
  


   En cuanto al autor, Henning Mankell, este novelista sueco se ha alzado en la última década  como un importante referente de la novela negra. Así mismo, ha sido galardonado con el premio  Pepe Carvalho (distinción que reconoce a escritores de dicho género) en la edición 2006-2007. La dirección teatral es la disciplina en la que ocupa el resto de su dedicación profesional. Actualmente, lleva un importante teatro en Maputo (Mozambique), donde reside parte del año junto con su mujer Eva Bergman.  También se caracteriza por ser Mankell un hombre que participa muy activamente en política: es un férreo defensor de la causa palestina, un convencido votante de izquierdas y un constante divulgador de los problemas y las virtudes del continente africano.


   En 1999 tras la publicación de La pirámide, Mankell decidió no prolongar más la ficción sobre Wallander dando por terminada la serie del mismo. En 2002 con Antes de que hiele, quebró la determinación que había tomado, pero solo en parte dado que tal obra se centraba en Linda, la hija de Kurt Wallander. No fue hasta 2009 cuando Mankell sorprendió a todos sus fans publicando una nueva entrega de su detective favorito, El hombre inquieto. ¿Qué le llevó a ello?


Wallander. Dibujo extraído de la red.
"Con 'El hombre inquieto', Mankell rompió su promesa de no volver a escribir sobre Wallander después de una pausa de diez años. Según explicó, lo llevaron a escribir conflictos suecos no superados de tiempos de la Guerra Fría y la lucha de muchas personas de más de 60 con los problemas de memoria. De hecho, la lucha del investigador de 60 años contra algunos problemas de demencia senil se vuelve más importante que la trama policial. Así, el escritor también aprovechó para despedirse del personaje: Mankell afirmó que iba a dejar solo a su personaje, cerrar la puerta y abandonar la casa"  El mundo.

  Como se desprende de este fragmento periodístico, Mankell volvió a coger la pluma y a trazar líneas para Wallander movido a ello por los sucesos de la actualidad que lo rodeaban. Algo parecido ocurrió con Huesos en el jardín, novela en la que una obsesiva -  y satírica y divertida- preocupación por la vejez   ronda por todas las páginas de la misma.


Löderup, Ystad, Suecia.
   Reseña: El libro comienza cuando Wallander sale del municipio de Ystad, al sur de Suecia, donde vive y trabaja, para visitar la que le han prometido que será "la casa de sus sueños" en Löderup, pequeña localidad en el punto más meridional del país. Entusiasmado por encontrar un lugar donde pasar tranquilamente el resto de su vida, se adentra sin saberlo en la que será una gran caja de secretos. En el jardín del que parecía ser un hogar perfecto, Wallander se topa con huesos humanos que por procesos postedeposicionales de la tierra están emergiendo hacia la superficie. ¿A quiénes pertenecen? ¿Cuánto tiempo llevan allí? ¿Nadie lo sabía? ¿Fue un crimen? Y en tal caso, ¿quién lo cometió? ¿Es posible desentrañar lo que apunta a ser un homicidio o asesinato acontecido más de cincuenta años atrás? 

 De esta manera, comienza una investigación policial en la que también contribuyen Martinsson y Lindman, viejos colegas del detective. Comisario y demás personal de la comisaria tendrán que sumergirse en hemerotecas, registros y viejos archivos para intentar desvelar la identidad de los allí yacientes y formar mil y una hipótesis hasta llegar a una verdad: nada es lo que parece.

Opinión: Que los acontecimientos se suceden de manera acelerada es algo innegable, es un hecho. Pero la obra es una novela muy corta,  así que no podía ser de otra manera. Un ritmo más pausado junto a las altas dosis de reflexión en un libro tan breve habría sido un error fatal, por lo que creo que la pequeña historia está muy bien contada.

 El desarrollo de la trama me ha parecido original, pero peca de sencilla. Echo en falta giros, complicaciones, sorpresas, intriga, suspense, pero cuando me documenté y leí que esta novela era más una reflexión que "un caso" lo entendí todo. Por otro lado, el rescate de datos del pasado me ha complacido bastante. Es irreal, no todo es tan sencillo: ni el acceso a los archivos ni la revisión de los registros, al menos, para los civiles. Desconozco la metodología policial e investigadora de Suecia así que tampoco puedo criticarlo mucho.

 La ambientación está expresada de una manera que los parajes, por fríos que sean, resultan "acogedores". Las descripciones son ágiles y eficientes envolviendo  a la novela en un haz de realismo cercano y agradable.

 El estilo me ha sorprendido gratamente. Creo que parte del éxito de Mankell reside en su pluma, en su forma de contar las cosas. A menudo uno olvida que está leyendo un libro y cree estar conversando de tú a tú con el propio Wallander. 

Pero la clave es Wallander. Sí. Ese es el quid de la cuestión. La construcción del personaje es inmejorable. Es complejo, profundo y reconocible en personas de nuestro alrededor. Tiene la virtud de ser único y ser vulgar al mismo tiempo. Es simpático y gruñón. Es rebelde y es maniático, preciso, obsesivo. Es irónico, satírico, divertido y exasperante. Está hastiado de la vida y tiene ganas de vivir. Es Wallander. 


  En conclusión, ¿lo recomiendo? Recomiendo leerlo, pero no comprarlo.

 ¿Por qué? ¿Acaso mantengo una cruzada contra las editoriales? No, mucho más sencillo. Este libro es pequeño, la historia es muy breve (creo que la leí en dos horas y poco más), de una factura muy sencilla y una edición sobria. Es de tapa blanda y endeble. Es, en palabras del autor, un relato, no una novela en sí. Cuenta el libro con un prólogo y con un anexo al final, pero nada del otro mundo. Entonces deberían fijar un precio consecuente a sus características y no venderlo, como hace la editorial, a 17,00 €. Me parece una verdadera estafa. Y, ojo, la línea de publicación de la editorial me encanta pero las cosas como son. Allá cada uno.

  Vayamos con la lectura. La recomiendo totalmente. He leído quejas y desencantos sobre ella de quienes previamente han leído el resto de bibliografía del autor. Comentan que el nivel es descendente y que adolece de ser demasiado predecible. Incluso leí a un blogger que, en su opinión, para acabar así de mal, mejor no haber publicado nada más.

 Yo, personalmente, la recomiendo. Si no habéis leído, como yo, nada antes del mismo autor, no importa. El libro se puede leer perfectamente de manera independiente. ¡A mí me ha servido para conocer a este gran autor! ¡Y si realmente este es el peor de los que ha escrito, para mí, mejor, pues lo que me viene tiene mejor pinta aún! Sin duda, a partir de ahora seré una asidua fisgona en la comisaria de Wallander.


Y vosotros, ¿qué opináis? ¿Lo leeréis? ¿Ya lo habéis hecho? ¿Ya conocíais la serie Wallander?

El corazón del océano, Elvira Menéndez



  

   Esta novela de género histórico  y con altas dosis de aventuras y acción transporta a los lectores a un  siglo XVI caracterizado por la incertidumbre y la ilusión en torno al Nuevo Mundo. Ya ha cautivado a muchos lectores, en parte debido a una adaptación a la televisión emitida por Antena 3.



  Elvira Menéndez, reconocida guionista y prolífica autora de varias obras literarias infantiles y juveniles, es licenciada en Arte Dramático y cuenta con un extenso currículo en el mundo de la interpretación. Esta novela constituye su primera inmersión en la literatura para adultos, pero no por ello su primer acercamiento a esta historia de conquistadores.  



  ¿Por qué? Previamente (1999) Elvira escribió una obra infantil basada en el mismo hecho histórico - la travesía del Capitán Juan de Salazar y Espinosa y de la Adelantada Mencía Calderón a Asunción - llamada La expedición perdida. Sin embargo, se quedó con ganas de profundizar en esta historia y de acercarla a un público más adulto.


  Por este motivo, la autora se puso manos a la obra y se zambulló en un increíble trabajo de investigación. En primer lugar, ha de decirse que el argumento del libro se basa en hechos históricos. La caravana de mujeres con destino al Nuevo Mundo a la que la novela hace referencia existió y está históricamente muy bien documentada. 


  Reseña: A comienzos del siglo XVI, la corona española constata que en el Nuevo Mundo las relaciones entre cristianos viejos e indígenas son demasiado frecuentes, haciendo que tales concubinas corrompan la sangre española, así como también las buenas maneras y formas de vivir de los criollos españoles. Por ello, la corona decide encargar al recién nombrado Adelantado Juan de Sanabria llevar a Asunción a cien jóvenes hidalgas con ascendencia cristiana para casar allí con los pobladores de esas tierras (misión de población). 

  Tras conseguir a ochenta damas -casi todas descendientes de hidalgos de Medellín arruinados y sin dotes abundantes para poder optar a pretendientes acomodados- dispuestas a dejar sus hogares atrás, y ya en Sevilla, el Adelantado fallece y es su mujer, Doña Mencía Calderón, quien se hace responsable de llevar a buen término la empresa con el beneplácito de su hijastro, el entonces Adelantado - por transmisión del título hasta dos generaciones, según lo dispuesto en las capitulaciones pertinentes- Diego de Sanabria. 


  De esta forma, se acuerda que Doña Mencía partiría primero (1550) con el rango de Adelantada llevando consigo a las damas en una misión capitaneada  por Juan de Salazar y Espinosa y pilotada por Juan Sánchez de Vizcaya. Fueron tres naves las que salieron en esa primera partida: la nao San Miguel y dos bergantines. Una vez que la expedición previa estuviera bien asentada y con información de antemano, les seguiría Diego de Sanabria quien debía llegar a Asunción de manera exitosa para asegurar su buena acogida como sustituto del Adelantado vigente entonces, Álvar Núñez Cabeza de Vaca.





 


 Lamentablemente, la expedición de Mencía cuya duración se estimó para seis meses, se prorrogó en el tiempo seis años debido a tormentas, ataques de piratas, enfermedades, avatares diplomáticos, huidas selva a través y todo tipo de complicaciones. 


 
   Recalcar que los hechos hasta aquí referidos son reales se me antoja imprescindible tras haber leído en la red varias reseñas en las que tachan de "inverosímiles" y "demasiado fantásticos" los acontecimientos narrados en esta novela.

   Mientras sobreviven a este bucle de sucesos fatales, damas, nobles, marineros, religiosos, grumetes y demás personajes se ven inmersos en sus andanzas personales. Así, el lector sigue de cerca las particulares vivencias de Ana de Rojas, una de las damas de la caravana de mujeres y de Alonso Lanzós, un grumete que de rebote acaba en la nao San Miguel rumbo al Nuevo Mundo.


Montasterio de Caveeiro, Pontedeume

  Destaco:


  Si bien es verdad que el elemento principal de esta novela es el trayecto al nuevo continente, también lo es que la historia previa desarrollada en la península es tan o más interesante que la posterior. Estos capítulos recogen los motivos que desde Pontedeume llevan al joven  Alonso a huir a Sevilla, pasando por el monasterio de Caaveiro y por Salamanca, y también la preparación de "La expedición del Río de la Plata" que tiene lugar en Medellín.   Uno de los grandes puntos a favor del libro de Elvira es que  el lector aprende mucho y sin darse cuenta. Los modos de vida rurales en los minifundios del norte de la península, la crisis de los hidalgos, la inflación del siglo XVI, la reformulación del comercio  con los intercambios atlánticos, los lazos de vasallaje entre nobles y con el monarca, los intereses geopolíticos de entonces, la fuerte moral cristiana, la convivencia con los "infieles", la actividades de las órdenes monacales, etc. ¿A qué apenas se nota que me encanta la Historia? 


Plano de Salamanca, siglo XVI

  Ropas, medios de transporte, pertrechos, viviendas, medios para la conservación de los alimentos en alta mar, navíos, urbes etc. aparecen descritos en detalle y configuran una ambientación compleja y real en la que situar la trama y a los personajes.


  La novela está escrita en un lenguaje que rescata vocablos y expresiones antiguas, los cuales sumergen al lector aún más  en la lectura. Para explicar tales referencias, la autora se sirve de notas a pie de página, las cuales son muy breves y concisas y no agobian con explicaciones espesas o con datos inútiles. 



Puerto de Sevilla, siglo XVI



  

   La autora no olvida incluir, por nimia que sea, ninguna explicación que pueda resultar interesante o curiosa. Desde los modales cristianos, los potingues femeninos para cara y manos, "la costumbre"  (la menstruación) o el lavado de las ropas a bordo hasta la doble cocción de los alimentos o la recurrencia a las "rameras" y el porqué de su apelativo.  
Sevilla, siglo XVI.
 




   
  Yo, en particular, destacaría la parte de la historia que se desarrolla en Salamanca: las normas de conducta de los mendigos, la razón de ser de la tuna, la celebración de la Cuaresma, el estudio en la Universidad, la cruzada contra los libros prohibidos...Por otra parte, cabe además destacar lo interesante que se torna la lectura de todo aquello acontecido en el Arenal de Sevilla y en la Casa de Contratación. Otras localizaciones como las Islas Afortunadas (el archipiélago de las Islas Canarias) o Guinea acogen también fragmentos de la obra muy entretenidos.



Indios tupíes
  

  La llegada al Nuevo Mundo resulta fascinante. Paisajes exóticos, alimentos desconocidos, contacto con indígenas de costumbres ajenas, actitudes belicosas, comportamientos sorprendentes, fundaciones de colonias (San Francisco) e intromisiones en una selva desconocida. 


Fundación de Asunción
  

  Leemos también sobre cómo la sociedad criolla se asienta en sus nuevos destinos fundando lo que luego serán prósperas ciudades e instaurando sistemas, culturas, jerarquías etc. producto de la mezcolanza entre lo castellano y lo indígena. Sobresale el debate sobre la aceptación de la trata de negros y, sin embargo, la crítica hacia la esclavitud indígena. Tal situación en la época produjo por parte de religiosos y académicos grandes discusiones e intercambios de opiniones que quedan muy bien reflejados en la novela, sobre todo en las conversaciones que Ana mantiene con Mencía, Alonso o Tomé de Souza.



(Retrato de Juan de Salazar y Espinosa)

    

  

  Los personajes son el elemento central de la novela. Estos son abundantes (Isabel de Contreras, Rosa, Hernando Trejo, Mencíita, Tomé de Souza, Fray Bernardo...) y  todos ellos están tratados en profundidad y, además, espléndidamente caracterizados.



  


 

   

  La imagen que el lector se crea en torno a cada uno de estos es completa: desde sus atributos físicos hasta su personalidad. Las ropas, las maneras de actuar y las formas de relacionarse..., todo queda referido muy detalladamente sin por eso restar agilidad al relato. 

(Retrato de Mencía Calderón)
  Y, sinceramente, da gusto buscar el retrato de personajes como Juan de Salazar o Mencía Calderón y cerciorarse de que la imaginación de Elvira no ha volado en las descripciones  demasiado alto sino que se ajustan - a su modo-  a la realidad. Los personajes históricos (hay una relación de ellos en un anexo del libro) conviven en la novela con los ficticios en tal armonía que cuando el lector finaliza la lectura le cuesta creer que unos existieron y otros no.



    Todos los personajes son entrañables. Unos por cargar a sus espaldas con la tópica imagen valerosa, ruin y temeraria de capitán, explorador o conquistador; o piadosa, interesada y culta de fraile;, o sumisa, devota y tradicional de hidalga venida a menos. Otros por descubrir actitudes nuevas, contradictorias y humanas que representan un soplo de aire fresco y que recuerdan al lector que en la Historia nada es blanco o negro. En especial, yo cogí cariño a Maese Pedro, el cocinero del buque. No sabría explicar del todo bien por qué, pero creo que su historia personal daría para un libro, un libro de lo más interesante además. 


  En cuanto a Alonso y a Ana, los jóvenes protagonistas, habría mucho que comentar. En primer lugar, Ana, oriunda de Medellín e hija del hidalgo  Primitivo de Rojas,  es una muchacha inquieta, inteligente, curiosa, atrevida, ávida lectora y algo impertinente. ¡Todo aquello que se despreciaba en una buena dama! Sin embargo, el saber escribir y leer le procura la posibilidad de ser la secretaria personal de Mencía. Ana, quien se plantea cada situación y la cavila minuciosamente, quien se cuestiona todos los clichés establecidos por su sociedad y se deja imbuir por todas aquellas culturas que se van topando en su camino, sufre una transformación asombrosa a lo largo de los casi ocho años que ocupan el relato. Su oposición a la esclavitud y su interés por las poblaciones indígenas se contradicen con su orgullo nobiliario el cual, sin embargo, le impide disfrutar de la vida que desea. Además, sus sueños de casarse con un "gran hombre", héroe, conquistador, noble, rico... , su desprecio por los villanos o su actitud arrogante empañan en ocasiones todo su carisma. En conclusión, un personaje bien construido y con un gran potencial. Un personaje creíble, que evoluciona y que no deja de sorprender.


  
Ana y Alonso, adaptación televisiva.
Por su parte, he de confesar que el personaje de Alonso me ha cautivado. Aunque pobre y bastardo, también es un chico cultivado, curioso y con admirables capacidades de raciocinio. Este, natural de Pontevedra, también cambia y evoluciona a lo largo de los años. Sin embargo, sus principios se mantienen firmes en todo momento. Sus ideas son claras y si peca de algo es de excesiva confianza en los demás y de humildad. Mientras su cuerpo se fortalece, su personalidad se curte con los continuos infortunios que le siguen. La única pega que puedo poner a Alonso, al personaje que más me ha gustado sin duda, es que provoca dudas. Sí. Hace que quien sigue sus aventuras a cada rato piense: "no me creo que pueda haber alguien, por ficticio que sea, tan bueno". 


   Llegados a este punto de la reseña, solo me resta comentar de la novela el estilo correcto y adaptado a la época y, al tiempo, fresco y divertido. No es una lectura complicada o engorrosa sino todo lo contrario. Los capítulos son cortos y abundan los diálogos a lo largo de toda la obra. En cuanto al ritmo, este se caracteriza por ser ágil. La única pega que podría poner es que el avance en ocasiones es demasiado acelerado. El tiempo pasa deprisa y se echa en falta más... No sé, más contenido referente a las relaciones entre los personajes. Quizás, más páginas.
  



 


 En conclusión, no puedo sino recomendar muchísimo la novela. Interesante, divertida, exótica, basada en hechos reales... ¡Verdaderamente genial! Yo personalmente ya estoy deseando leer su segunda parte En el corazón de la selva que retoma unos años después las aventuras de algunos de los personajes de su primera parte, a caballo entre Asunción y lo que hoy es Buenos Aires.