La hija del dibujante, Katherine Govier







  Quienes me seguís os habréis dado cuenta de lo extensos que suelen ser los comentarios sobre mis lecturas (¡no puedo evitarlo!), pues me encanta ahondar en el argumento, el estilo, el trasfondo, la caracterización de los personajes, etc. Sin embargo, esta crítica será distinta. ¿Por qué? Porque esta novela es diferente. De hecho, si me pidieran que la describiese con una sola palabra creo que usaría esa misma: "diferente". 


  Es diferente, en primer lugar, porque es una autora occidental (canadiense) quien relata desde el punto de vista oriental el choque social y cultural que de manera personal experimenta la protagonista cuando sale de Edo, Tokyo, y difunde la obra de su padre, Hokusai. Lo más frecuente es que la narración de este tipo de contrastes sea realizada por occidentales desde el punto de vista de los mismos. Sin embargo, y a pesar de la dificultad, K. Govier lleva a cabo la empresa de manera encomiable.


  Respecto a la autora, esta en España no es aún muy conocida pues La hija del dibujante se alza como su primera obra traducida al castellano.








  En segundo lugar, es diferente porque no dispone de una trama central que conduzca al lector a lo largo del hilo narrativo. La novela se divide en seis partes - seis etapas de la vida de Ei- a través de las cuales se navega por todos sus aspectos destacables: desde su infancia hasta sus relaciones familiares, su situación económico-social, sus anhelos, sus objetivos, sus amistades, sus parejas, su juventud, su carrera artística, etc. Tal compendio de escenas - a veces muy separadas en el tiempo unas de otras - configuran más un reportaje que una novela tal y como hoy en día tendemos a comprender el concepto.


  Este característico tratamiento de la historia provoca que el lector no "se enganche". Si  lo que esperas es  acción, suspense o intriga, deja de leer esta reseña. Esta, definitivamente, no es tu novela.



 
Barrio Yoshiwara, Tokio, siglo XIX.

  La carencia de un argumento adictivo se compensa con la rica recreación que la autora construye del Japón feudal del siglo XIX. La vida de Ei da comienzo en Edo (Tokio), exactamente en el marginal y alternativo barrio de Yoshiwara, donde el  dictatorial shogunato del clan Tokugawa (siglo XVII- siglo XIX) ha getificado a artistas, prostitutas y demás gentes del "mal vivir". Govier utiliza un  léxico japonés variado para describir la ambientación. Para quienes no conocemos en profundidad  la cultura japonesa se torna complicado seguir la lectura y, por ello, hay un glosario al final del libro que ayuda a solventar dudas. La autora describe detalladamente desde la distribución de las estancia, los alimentos y los paisajes hasta los matices políticos y culturales que dan forma a la historia. A mí en particular la parte política ha sido de todo esto la que más me ha interesado: las prohibiciones, la moral, las leyes y sus trampas, etc. 



  En línea con todo esto, cabe añadir que se aprecian pasajes de gran belleza que muestran cómo las gentes de a pié vivían bajo tales restricciones o cómo se sobreponían a los vaivenes de la vida.  Para muestra un botón:





   El contenido de la novela se conforma en líneas generales como una reivindicación de la situación social de la mujer en Japón a finales del siglo XIX a través del complejo personaje de Ei. Además, se nos muestra la consideración que en dicho lugar tenían los artistas y otros colectivos sociales.  Es en la configuración de los personajes y en el hilado de las relaciones entre ellos donde Govier se lleva la palma pues lo hace de maravilla. Ei es la tercera hija del segundo matrimonio del pintor Hokusai, un hombre muy particular que vive por y para la pintura descuidando tanto a su familia como a su salud o a su bolsillo. 


 
Autorretrato de Hokusai

  A  pesar de ser una de tantos hijos, la relación entre Ei y Hokusai es especial desde el principio. La complicidad entre ellos traspasa las páginas del libro e impregna toda la historia siendo el hilo conductor de la misma. Ei admira a su padre hasta un punto casi enfermizo y lo acompañará allá donde vaya aunque para ello tenga que renunciar a su propia vida. Una vez que este fallezca, ella será quien se encargue de buscar un reconocimiento a su pintura que no obtuvo en vida y, también, seguirá firmando con el nombre de él sus propias obras. Ei quiere pintar y lo conseguirá, aun siendo mujer, aunando así en una misma persona dos dificultades: "mujer, y además, artista". Es esta protagonista, por tanto, una de esas que tanto gustan: profundas, complejas, fuertes, rebeldes...






   No está de más señalar que en la obra aparecen muchos otros personajes que van y vienen a lo largo de la vida de Ei, pero, naturalmente, son padre e hija, los dos artistas, los principales.



 
Cerezos en el río. Pintura de Hokusai.

   La pintura japonesa para mí, sinceramente, ha sido todo un descubrimiento. No me jacto de saber ni mucho ni poco de arte, sé lo que debería saber una Licenciada en Historia a quien la pintura le agrada bastante. Pero nunca había estudiado la pintura japonesa así como tampoco había leído sobre ella ni la había visto en exposiciones o museos. Creo que es un punto a favor de   Govier que esta sepa crear el gusanillo de  curiosidad justo sobre el arte japonés como para ir a Google y hojearlo y conocerlo y, si cabe, apreciarlo. 



 





   La pluma de la autora es sofisticada y elegante, y lo que aporta cercanía al relato no es el  lenguaje o la expresión sino la primera persona en la que está narrada casi la totalidad de la novela. Como contrapeso negativo, ha de ser admitido que el ritmo es muy pausado y en ocasiones invita a abandonar el libro. El estilo puede llegar a resultar confuso y farragoso pues cuesta ubicar en la historia la importancia de reflexiones, detalles, pensamientos o hechos que aparecen "sin más". Claro, solo hay que pensar que es toda una vida la que se está relatando para que tal defecto nos resulte "lógico". Pero si a eso sumamos la gran extensión de la obra, la lectura en cierta partes se hace cuesta arriba.


 Por último, añadir que sobresale la magnífica maquetación de la obra. Desde las fuentes elegidas hasta el diseño interior y exterior del libro destacan por su buena factura. ¡Así da gusto abrir un libro!  


  En definitiva, no es La hija del dibujante un libro que se devore, sino que más bien se saborea. Yo lo recomiendo para los aficionados a la historia de Japón, a la historia de la pintura o incluso para una lectura temática "de género". También para quienes disfruten con historias largas y reposadas o para aquellos que amen aprender mientras leen. Sin embargo, quienes queráis llenar un rato con una historia trepidante o toparos con una historia llena de emociones no os decantéis por este libro, no es lo que buscáis.
 


  En conclusión, Algaida ha hecho una buena elección al incorporar esta novela de corte biográfico y oriental a su colección de género histórico.


Si os ha interesado la novela o si  aún dudáis de si darle una oportunidad o no , podéis pinchar aquí para leer online los primeros capítulos. ¿La conocíais? ¿Os llama la atención? ¿La habéis leído? ¡Contadme!


Se agradece el ejemplar a la editorial Algaida.

9 comentarios :

  1. lo tengo pendiente, y tengo muchas ganas de leerlo.. ya te contare... besos

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  2. hola!
    guau que novela mas curiosa, la sinopsis me llama^^
    llegue a tu blog por tu enlace de facebook, ya te sigo
    espero que te pases por mi blog :)
    http://labibliotecadero.blogspot.com.es/
    nos leemos!^^

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  3. Genial tu reseña!
    Me gusta mucho la cultura japonesa y si es un libro que te introduce en la historia del país mejor que mejor, me lo apunto!

    Un beso!

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  4. Ro, me paso ahora! Y Baccana, si te gusta la cultura japonesa, te gustará pero tómate sus casi 700 páginas con paciencia! jeje

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    1. Lyra! Ayer me falto tiempo para seguir curioseando tu blog pero te sigo desde ahora, no me pienso perder tus próximas entradas ;)

      Besos!

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  5. Me gustó mucho tu reseña.
    Un abrazo.
    HD

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  6. Hola!
    La verdad es que no la conocía para nada, pero dado y como la muestras parece que de verdad hay que darle una oportunidad a lo nuevo. Muchas gracias por mostrarla. Saludos y que estés super =D

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  7. ¡hola!
    No conocía ni la novela ni a la autora y me ha llamado mucho la atención, tanto por la sinopsis como por tu fantástica y completa reseña. ¡Me la apunto!

    ¡besines!
    p.d te conocí a través del blog La biblioteca de Flashia y aprovecho para quedarme por aquí

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  8. Gracias por vuestros comentarios! Me alegra que os haya gustado la reseña y que os interese la novela pero con calma que es muy extensa jeje. Ya me pasé por vuestros blogs y os sigo! :)

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